Madrid, 19 oct (EFEAGRO).- Cultivadores de todo el mundo firmarán hoy la Declaración de Madrid contra el envasado genérico del tabaco -que no contienen mensajes, ni marcas- y protestarán por los riesgos derivados del reciente Acuerdo Comercial Transpacífico (TPP), como las posibles medidas proteccionistas en los países firmantes.
Madrid acoge entre hoy y mañana la XXX Asamblea General de la Asociación Internacional de Productores de Tabaco (ITGA), organizada en colaboración con la Organización Interprofesional del Tabaco de España (Oitab) y la Federación de Cultivadores de Tabacos (FNCT).
En el foro, que reúne a productores de 17 países, entre ellos Brasil, India, EEUU o Zimbawe, se analiza la situación de mercado, las normativas restrictivas que les afectan y la eclosión de los cigarrillos electrónicos y otros tipos de cigarros «que no arden».
El jefe ejecutivo de la ITGA, António Abrunhosa, ha planteado en rueda de prensa que el envasado genérico, que de momento sólo se aplica en Australia -aunque otros países lo estudian actualmente, incluidos europeos-, ocasionaría graves perjuicios en la cadena de valor del sector, cuyo último eslabón es el agricultor.
Para Abrunhosa, «hay muchas medidas que son demasiado controvertidas para tomarlas de forma ligera, como el envasado genérico».
Si se promulgan demasiadas restricciones para distribuir, exhibir o comercializar el producto, en última instancia las pagarán los cultivadores de tabaco, ha añadido.
A su juicio, no existen estudios concluyentes que demuestren que en Australia haya disminuido la demanda, y por el contrario ha aumentado el comercio ilegal «de forma radical», un 26 %, y representa ya casi el 15 % del consumo en el país.
Ha apuntado que, en Europa, «el contrabando está aumentando» y «tenemos fronteras que son altamente porosas y difíciles de controlar», por lo que el envasado genérico abrirá la puerta a que aumente este comercio ilícito.
«Siempre digo que, si yo fuera de la mafia, estaría apostando por estas medidas restrictivas porque será un buenísimo negocio para los mafiosos», ha asegurado.
Con el envasado genérico, en su opinión, las compañías ya no podrán distinguirse por la calidad y sus marcas, sino que la única diferenciación será el precio, y en este contexto se producirá «una guerra» de cotizaciones «a la baja» que soportarán los agricultores.
Y estos, «ya tienen mucha dificultad para cubrir los costes de producción con los precios actuales» que reciben, ha afirmado.
Por su parte, el presidente de la Federación Nacional de Cultivadores de Tabaco de España (FNCT), Manual García, ha incidido en que en los últimos años se está reduciendo la producción por las medidas restrictivas y «a la doble moral» de los Gobiernos.
«Por un lado, los políticos no van a apoyar públicamente al tabaco porque no da votos; pero, por otro, tendrán que hacer lo imposible por apoyar el sector porque genera muchos impuestos y también riqueza en las regiones como el norte de Extremadura, donde no encontramos ninguna otra alternativa», ha puntualizado García.
«Cuando dejemos de producir tabaco, seremos una región empobrecida absolutamente», ha resaltado.
Respecto al acuerdo transpacífico, los tabaqueros temen que abra la puerta a futuras medidas proteccionistas, «disfrazadas» de medidas de salvaguarda de la salud pública.
La ITGA denuncia la «discriminación» de este sector por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que no consulta con ellos, ni con las organizaciones nacionales las medidas que proponen cada dos años en las conferencias de partes del convenio marco para el control del Tabaco.
Desde la ITGA aseguran que la OMS no ha elaborado ni un sólo informe en los últimos diez años sobre posibles alternativas al cultivo, que son muy difíciles o imposibles, y muy costosas.
España es un productor de hoja de tabaco relevante en la Unión Europea, con una cuota del 15 % del total, representa el medio de vida de 6.550 agricultores y genera anualmente un millón de jornales directos.
El sector se concentra en las comarcas extremeñas de Campo Arañuelo, La Vera y Alagón, y de él dependen 20.000 familias, entre empleos directos e indirectos, si bien quedan producciones residuales en Castilla y León, País Vasco o Navarra.
En 2004, la producción de tabaco en España ascendió a 34.000 toneladas, con una superficie de 10.000 hectáreas.
En el mundo, según la ITGA, se cultivan 4,23 millones de hectáreas, lo que equivale a la superficie total de Suiza.