La Unión de Asociaciones de Estanqueros de España rechaza la implantación de la cajetilla genérica del tabaco y las subidas desproporcionadas de precios como medidas de lucha contra el tabaquismo.
El Plan Integral de Lucha contra el Tabaquismo impulsado desde el Ministerio de Sanidad incluye estas propuestas como medidas estrella en este documento que aseguran es el resultado del consenso. Sin embargo, los estanqueros, pieza clave en el control de este producto, no hemos sido consultados al respecto. De lo contrario, habríamos podido explicar que el empaquetado genérico se ha demostrado totalmente ineficaz para obtener este objetivo y altamente eficaz para impulsar el contrabando y la falsificación de tabaco. Dicho de otro modo, lejos de solucionar un problema, crea otros más graves. Y las subidas de precios desproporcionadas ya las sufrimos en España hace unos años y la consecuencia fue un importante aumento del contrabando que llegó al 50% en comunidades autónomas como Andalucía y Extremadura.
Los datos hablan por sí solos. Australia fue la pionera en imponer esta medida en diciembre de 2012, acompañada de una subida de precio del tabaco a más del doble. Y el informe post implementación del empaquetado genérico elaborado desde el gobierno australiano revelaba que las medidas habían conseguido un descenso del 0,55% superior a lo que habría supuesto sin ellas. A día de hoy, casi 12 años después, la prevalencia de fumadores sigue estando en casi el 14%. Y, según datos de “Tobacco in Australia”, el tabaco ilegal representó el 13.1% del mercado en el periodo 2021–22, más del doble del porcentaje estimado entre 2016-17.
No es razonable
En 2018, una coalición internacional de “think tanks”, grupos de defensores y organizaciones de la sociedad civil escribieron al director general de la Organización Mundial de la Salud. Por un lado, dejaban claro que “el empaquetado genérico en Australia ha sido un completo fracaso”. Y argumentaban que según la Encuesta de 2016 no se había producido un descenso significativo en las cifras de fumadores diarios entre 2013 (12,8%) y 2016 (12,2%). Y aseguraban: “Existen otras soluciones” para luchar contra el tabaquismo. Pero, además, advertían del riesgo que supone el comercio ilícito. Por un lado, por la tendencia del consumidor a los precios más baratos una vez desaparecida la diferenciación de la marca; por otro, la disponibilidad de productos más baratos promueve la iniciación y el consumo, dado además que los vendedores de productos ilegales no limitan la venta a los clientes adultos. Y concluían asegurando que el coste del empaquetado genérico es enorme. “No es razonable que se mantenga una política así incluso después de que haya fracasado a la hora de conseguir su pretendido objetivo”.
La tendencia no cambia
Y recientemente, en 2021, Luiss Business School y Deloitte desarrollaron un estudio del impacto de la cajetilla genérica en el consumo de tabaco en Reino Unido y Francia. Partiendo de datos obtenidos hasta finales de 2020 (tres años después de la implementación en estos países) el informe concluye que “no ha habido ninguna ruptura estructural específica en la tendencia del consumo de cigarrillos en Francia y el Reino Unido”. Lo que sí ha habido es un crecimiento del mercado paralelo que, en el caso de Francia, se ha situado en el 30%. Y en lo que se refiere a consumo diario de tabaco y otros productos relacionados, pese a estas medidas, Francia se sitúa en el 28%, mientras que España está en un 24%.
Y, por si fuera poco, hay que aclarar que el precio del tabaco en España no es en ningún caso el más bajo de Europa (anexo 1). Estamos a sólo 1 euro de la media de todos los países. Y los estanqueros ya saben las consecuencias de las subidas desproporcionadas del precio del tabaco.
El eslabón más débil
Cuando en 2010, Elena Salgado anunció una subida de la fiscalidad del tabaco, desencadenó una sucesión de desastres que sufrió duramente todo el sector del tabaco pero, especialmente, el estanquero, como eslabón más débil de la cadena.
Se produjo la extraña paradoja de que mientras sólo dejó de fumar un 3% (datos del INE) las ventas cayeron un 35%. Datos que podrían parecer absurdos si no se tiene la clave necesaria para entenderlos: el comercio ilícito de tabaco inició un resurgir sin precedentes que ha supuesto un auténtico drama para muchos estanqueros. A nivel nacional se llegó al 12,5% de cuota de contrabando, pero en Andalucía y Extremadura superaron el 50%. Y después del contrabando de cajetillas ha llegado el de picadura y hoja de tabaco. Y como consecuencia están proliferando bandas criminales organizadas dedicadas a este lucrativo negocio, incluso montando fábricas ilegales. Y no hay garantías de calidad ni sanitarias. Y el control del acceso al menor queda claramente en entredicho con un mercado ilícito en el que puede conseguir tabaco fácilmente y a un precio muy atractivo para su bolsillo.
En definitiva, la Unión de Asociaciones de Estanqueros de España rechaza tanto la implantación de la cajetilla genérica del tabaco por su demostrada ineficacia, como las subidas desproporcionadas de precios del tabaco por sus repercusiones en forma de mercado ilícito y las graves consecuencias que esto conlleva.