Un informe de Analistas Financieros Internacionales (AFI), encargado por la tabaquera British American Tobacco Iberia, alerta de las consecuencias económicas de la prohibición de aditivos aromáticos en los cigarrillos electrónicos, que, según sus datos, generaría la pérdida de 3.820 empleos en España.
Así se desprende del estudio «Evaluación del impacto económico de la prohibición de aditivos aromáticos en el sector de vapeo, desde la perspectiva de la buena regulación», presentado este martes por el socio de AFI Diego Vizcaíno con motivo de su prevista limitación, a través de un real decreto elaborado por el Ministerio de Sanidad.
Según el informe, la cadena de valor del vapeo generó en 2023 un valor añadido bruto de 317 millones de euros y cuenta con 4.630 empleos a tiempo completo si se suma el impacto directo, indirecto e inducido de este sector, cuya industria se concentra en un 80 % en Cataluña.
Para Vizcaíno, la prohibición de los aromatizantes de vapeo diferentes al sabor a tabaco -frutales en el 56 % de los casos, dulces (31 %) y mentolados (15 %)- «pondría en riesgo empleo, trasladaría una parte importante del consumo al tabaco tradicional e incrementaría la economía sumergida».
Desde su punto de vista, el vapeo es un sector económico que en España se encuentra en estado inicial y al que se prevé un gran crecimiento, con unas inversiones previstas hasta 2030 de unos 1.580 millones de euros.
Las estimaciones de AFI apuntan a que la prohibición de aromatizantes reduciría el valor añadido generado por el sector en torno al 83 %, unos 263 millones de euros menos.
«Existen alternativas proporcionadas» a la pretensión del Gobierno de prohibir aromas y sabores diferentes al tabaco, ha apuntado, además de que en su opinión evitarían el «incremento del consumo de tabaco convencional entre jóvenes y del mercado negro» del negocio del vapeo.
Entre esas alternativas, ha mencionado que se regulen los puntos de venta para impedir su compra por menores de edad, que se eliminen ciertas referencias especialmente atractivas para la población joven y que se acometan campañas de concienciación dirigidas a este segmento sobre el riesgo asociado al vapeo.
El documento, con datos a diciembre de 2024, indica que un 2,2 % de la población española de más de 15 años vapea usualmente, cifra ligeramente por debajo de la media europea, que se sitúa en el 2,9 %.
A partir de datos del estudio Edades 2022 del Ministerio de Sanidad, ha indicado que el 95 % de los usuarios del cigarrillo electrónico son o han sido fumadores de tabaco convencional y que el 45 % que ha consumido en alguna ocasión productos de vapeo lo ha hecho para reducir su consumo de tabaco o para dejar de fumar.
El presidente de la Unión de Asociaciones de Estanqueros de España, Miguel Ángel Martínez, ha explicado que cerca de un 20 % de las ventas de los estancos son de categorías diferentes al tabaco convencional.
Martínez se ha mostrado en contra de la «prohibición ridícula» de los aromas para vapear, pero partidario de que Sanidad estudie y controle bien dónde se venden los productos de vapeo -«que ahora se pueden ver en bazares, barberías, gasolineras o ultramarinos»-, con el objetivo de que no sean adquiridos por menores de 18 años.
Para el presidente de la patronal de estanqueros, «el deber de la administración es ver qué productos alternativos son menos dañinos que el tabaco convencional y apostar por ellos».