El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha resaltado que el sector del tabaco ha avanzado en los últimos años de manera significativa gracias a la modernización, “en lo que se refiere al secado” lo que le permite competir en el mercado mundial “con quien sea necesario”.
Además, Fernández Vara ha reiterado que las Comarcas de Campo Arañuelo, Valle Alagón y Valle del Tiétar “no serían lo mismo hoy si no hubiese existido el tabaco, un sector enormemente competitivo”, al tiempo que ha mostrado su esperanza de que la nueva PAC permita seguir trabajando en la investigación, el desarrollo y la innovación de manera que permitan el sostenimiento de este sector.
Guillermo Fernández Vara ha clausurado el acto de presentación del «Informe sobre la contribución económica y social del sector de tabaco en España y tendencias en el marco regulatorio del sector» elaborado para la Mesa del Tabaco por KPMG con la colaboración de la CEOE. Este estudio ha sido presentado hoy en Mérida por la presidenta de la Mesa del Tabaco, Águeda García-Agulló; la socia de Economics & Regulation de KPMG en España, Marta Castro; junto con el director general de Oitab, Ricardo Miranda; y el presidente de Cetarsa, Juan Andrés Tovar.
La presidenta de la Mesa del Tabaco, Águeda García-Agulló, ha destacado la importancia de Extremadura -como primer eslabón- en la larga e interconectada cadena de valor del sector del tabaco en España. En la región extremeña se desarrolla prácticamente la totalidad del cultivo y primera transformación del tabaco en rama, actividades ambas que diferencian al sector en España de otros países de Europa; contribuyendo además de manera significativa a la totalidad del sector.
Esta larga cadena de valor se puede poner en riesgo, en un sector ya súper regulado, si nuevos desarrollos normativos no tienen en cuenta el efecto de la legislación vigente, no se basan en datos y en evidencias científicas y no cuentan con la necesaria participación del sector; elementos imprescindibles para garantizar la necesaria seguridad jurídica que todos los agentes económicos requieren para su funcionamiento.
Motor de la economía extremeña
Marta Castro, socia de KPMG en España y responsable del Informe, ha detallado la incidencia económico-social del sector del tabaco en Extremadura y su efecto arrastre sobre otros sectores auxiliares, como servicios ligados a la agricultura con un alto grado de especialización, con una aportación a la economía regional de 140 millones de euros de Valor Añadido Bruto (VAB) y la generación de más de 3.000 empleos.
El informe refleja la contribución del cultivo y la primera transformación de tabaco al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) entre los que destacan con un nivel superior a la media nacional: la sostenibilidad del medio rural evitando la despoblación (objetivo 11) y el uso de energía asequible y no contaminante (objetivo 7) ya que el 81% del tabaco se trata en secaderos de biomasa, entre otros.
El director general de Oitab, Ricardo Miranda, ha recalcado el esfuerzo de los agricultores para mantener el cultivo de tabaco en rama y su relevancia en el desarrollo rural pues es una producción agrícola sostenible, tanto en el sentido de que mantiene la vida rural del norte de Cáceres y contribuye de forma determinante a la fijación de la población al territorio, como por el hecho de que se realiza bajo un sistema de producción integrada que cuida el medio ambiente, respetando y minimizando la utilización de los recursos naturales.
El presidente de Cetarsa, Juan Andrés Tovar, ha subrayado la importancia de la actividad del cultivo y primera transformación del tabaco en Extremadura -prácticamente el 90% de la producción nacional se transforma en Cáceres-, no sólo como modo de vida directo e indirecto de muchas familias extremeñas durante generaciones, sino también por su contribución a una producción más eficiente y sostenible, con una actividad puntera de I+D+i que desarrolla, desde su creación, la producción de semillas de variedades resistentes a plagas y enfermedades con altos estándares de calidad, así como técnicas de producción sostenibles. “Un apoyo regulatorio, comunitario y nacional equilibrado y armonizado es esencial para mantener esta importante actividad económica, el empleo –en gran medida femenino- y el sostenimiento de la población rural”, concluyó.