Sevilla, 31 jul (EFEAGRO).- Hasta un 70 % de pérdidas provoca la venta de tabaco ilegal en pueblos de la provincia de Sevilla, que, además, no supone un ahorro considerable para el comprador, a veces de céntimos, como denuncia la Asociación de Estanqueros sevillana, algo aliviada tras las últimas operaciones policiales.
Y es que, aunque pueda parecer lo contrario, comprar una cajetilla de tabaco ilegal supone, en esencia, un ahorro de pocos céntimos con respecto al legal, como explica a Efe la presidenta de la asociación, Olivia Escaja, que concreta que, para los estancos y quioscos legales, las pérdidas van del 50 al 70 %.
«Lo llevamos denunciando desde 2010 que se inició el tema del contrabando, porque nos hace mucho daño», ha recalcado.
Desde su estanco en la barriada sevillana de Rochelambert, «donde estamos trabajando en verano y pagando impuestos», recuerda que se trata de bandas perfectamente organizadas, «y todo para que el comprador final de la cajetilla se ahorre menos de un euro, porque es el precio máximo que puede haber de diferencia de una cajetilla que cumpla con todos los impuestos y una que llegue a la tienda de contrabando».
Por eso, asegura que «no es un tema de ahorro, sino casi de un precio que hay en la mente del comprador, que cree que ahorra mucho más», y pone el acento en que en comarcas como la de la Campiña sevillana, donde «es muy complicado pelear contra la venta ilegal, se han asentado redes y funcionan muy bien, con una distribución muy potente».
La última gran redada contra estos productos se hizo pública el pasado viernes, enmarcada bajo la denominada ‘Operación Filtrus’, y se ha saldado con 17 registros domiciliarios, 21 detenidos, 367.560 cajetillas de tabaco de diferentes marcas aprehendidas, por un valor en el mercado de 1,3 millones, y 101.005 euros y nueve vehículos incautados.
Unos hechos que fueron descubiertos hace dos meses cuando los agentes detectaron una intensa actividad de venta de tabaco de contrabando en Morón de la Frontera (Sevilla), comprobando que existía una estructura organizada en la distribución del tabaco, que procedía principalmente de Gibraltar.
Pero la presidenta de la asociación da especial importancia a otras operaciones, como la realizada el pasado 18 de julio, cuando la Agencia Tributaria y la Policía Nacional intervinieron 52 toneladas de picadura de tabaco de contrabando que estaban almacenadas en dos naves de Alcalá de Guadaíra y que se camuflaban para ser distribuidas en cajas reutilizadas de productos como jamón o embutidos.
La operación que desveló «el nulo control sanitario de lo que se mueve en estas operaciones», ya que «dos días después de que se hiciese fuimos a ver la nave y todo estaba lleno de bichos, sin control sanitario previo alguno», precisa.
Con todo, la presidenta de los estanqueros recuerda, con respecto a la operación Filtrus, que «es una de las muchas redes de contrabando que hay, un punto caliente de la provincia, aunque no el único», supone un «antes y un después».
Como ejemplo, en la localidad de Paradas fueron incautados 16 cajones de tabaco, más de lo que recibe un estanco legal, lo que da idea de lo que se mueve en torno a estas mafias, que han acostumbrado al fumador a consumir marcas como ‘Jin Ling’, una imitación de Camel que sustituye al camello por una cabra que se fabrica en Bielorrusia.
Olivia Escaja recuerda que hace unos años se comenzó a consumir tabaco de contrabando de la marca Winston «americano» con un distintivo azul que lo «diferenciaba» del español, con distintivo marrón, «pero en realidad en España no había ninguna fábrica, y todo se hacía en el mismo sitio», lo que reafirma la idea de que en el tema de consumo de tabaco ilegal hay mucho de mentalidad de ahorro y poco de ahorro real.
Fermín Cabanillas