En 2024, los fumadores de la Unión Europea consumieron 38.900 millones de cigarrillos ilícitos, con graves repercusiones para la recaudación fiscal, las tasas de criminalidad y la salud pública. En España se consumieron 1.400 millones de cigarrillos falsificados
En 2024, se consumieron 38.900 millones de cigarrillos ilícitos en la región -el nivel más alto desde 2015- lo que representa un 9,2% del consumo total de cigarrillos, con pérdidas fiscales por valor de 14.900 millones de euros para los gobiernos, en un contexto de fuertes presiones económicas en muchos países.
Según el estudio de KPMG de 2024, encargado por Philip Morris, en la UE se consumieron 15.300 millones de cigarrillos falsificados durante ese año, lo que representa un aumento del 20,2 % respecto a 2023. Además, los denominados illicit whites —cigarrillos legalmente fabricados pero introducidos de contrabando en países donde tienen poca o ninguna distribución oficial— alcanzaron los 8.200 millones.
“El comercio ilícito de tabaco amenaza la economía europea, la salud pública, la seguridad y la estabilidad social. Hoy en día, los mercados con mayores impuestos y precios, como Francia y los Países Bajos, se ven especialmente afectados por productos importados ilegalmente o falsificados”, ha indicado Christos Harpantidis, vicepresidente sénior de Asuntos Externos de PMI. “Su enorme impacto socioeconómico perjudica la recaudación fiscal, la creación de empleo y a las empresas legítimas, que son el motor de nuestras economías europeas. La disponibilidad de cigarrillos baratos y no regulados en la economía sumergida también dificulta los esfuerzos para reducir el tabaquismo y avanzar hacia un futuro sin humo”.
El informe KPMG de 2024 muestra que el aumento del consumo de cigarrillos ilícitos ha sido impulsado principalmente por Francia y los Países Bajos. El estudio destaca una situación especialmente alarmante en Francia, donde se consumieron 18.700 millones de cigarrillos ilícitos en 2024, de los cuales cerca de 7.800 millones eran falsificaciones. En el caso de los Países Bajos, el volumen de cigarrillos ilícitos aumentó drásticamente en 1.100 millones—más del doble que el año anterior—hasta alcanzar el 17,9% del consumo total. De haberse comprado legalmente, estos cigarrillos habrían generado ingresos fiscales adicionales de 9.400 millones de euros en Francia y casi 900 millones en los Países Bajos.
España
Por lo que respecta a España, alcanza niveles de comercio ilícito de 2021, tras consumirse 1,4 millones de cigarrillos falsificados. Esto implica que las arcas del Estado han dejado de ingresar 263 millones euros, 52 millones más que en 2023.
En cambio, países como Bulgaria, Grecia, Italia y Portugal —así como Ucrania— han logrado avances significativos en la lucha contra el mercado ilícito de cigarrillos. Grecia, por ejemplo, registró una caída de 6,2 puntos porcentuales en el consumo de cigarrillos ilícitos en 2024, hasta el 17,5%, el mayor descenso en una década.
“Regímenes fiscales predecibles y un sólido apoyo a las acciones de las fuerzas del orden han demostrado ser una receta política eficaz: ahora sabemos cómo contrarrestar eficazmente a las organizaciones criminales que participan en la fabricación, distribución y venta ilícita de cigarrillos, ha afirmado Massimo Andolina, presidente de la Región Europa de PMI. “Este es el camino a seguir si realmente queremos acabar con el comercio ilícito de cigarrillos en nuestro continente, que daña las economías europeas, socava la competitividad y el crecimiento, y abre la puerta a otras actividades delictivas. Los ciudadanos no pueden permitirse el lujo de perder ingresos públicos tan necesarios en este momento crítico para Europa, ingresos que se están esfumando en lugar de destinarse a cuestiones clave como la defensa, la seguridad interior y los programas sociales”.
Un problema europeo
En los 38 países europeos analizados en el estudio de KPMG (los 27 Estados miembros de la UE, junto con Albania, Bosnia y Herzegovina, Kosovo, Moldavia, Montenegro, Macedonia del Norte, Noruega, Serbia, Suiza, Ucrania y el Reino Unido), se consumieron 52.200 millones de cigarrillos ilícitos en 2024, lo que representa el 10% del consumo total. Las pérdidas fiscales derivadas se estiman en 19.400 millones de euros.
En el Reino Unido, los volúmenes de cigarrillos ilícitos disminuyeron en casi 800 millones en 2024, aunque su cuota sobre el consumo total se mantuvo estable. Aun así, el Reino Unido sigue siendo el tercer mayor mercado ilícito de Europa, con 5.900 millones de cigarrillos ilícitos consumidos el año pasado. En cambio, Ucrania registró el mayor descenso en el consumo ilícito: los volúmenes de contrabando y falsificaciones se redujeron en 2.400 millones de cigarrillos, lo que supone una caída del 29% (frente al aumento de 1.100 millones o 14% registrado en 2023).
Philip Morris considera que el problema se ve agravado por subidas de impuestos abruptas y pronunciadas que benefician a las redes criminales que suministran productos no regulados, sin impuestos y de menor calidad, incluidas falsificaciones, a precios más bajos. Para hacer frente a esta amenaza creciente, la compañía insta a adoptar una regulación basada en la evidencia científica, una fiscalidad equilibrada y predecible a través de calendarios fiscales, una colaboración público-privada continua y un mayor apoyo a los organismos policiales regionales y nacionales, ya que las organizaciones criminales que se dedican a la venta de cigarrillos ilícitos han consolidado su presencia en los países de Europa occidental con precios más altos.
Tabaco calentado también
Por primera vez, el estudio de KPMG ha incluido en su análisis el consumo ilícito de productos de tabaco calentado en una selección de países europeos: República Checa, Alemania, Grecia, Hungría, Italia, Lituania, Polonia, Rumanía, España y el Reino Unido.
Según el informe, el consumo de contrabando de los consumibles utilizados en dispositivos de tabaco calentado ascendió en 2024 a 400 millones de unidades, lo que representa el 0,9% del consumo total. Los mayores volúmenes se detectaron en Alemania (150 millones de unidades) y Polonia (80 millones), mientras que el Reino Unido registró la mayor cuota relativa, con un 7,8 % de su consumo procedente del contrabando. Hasta la fecha, no se han identificado flujos de falsificaciones de estos productos.