Madrid, 23 jul (EFEAGRO).- El 60 % de los españoles encuestados no apoya el plan del Ministerio de Sanidad para prohibir fumar en las terrazas de los bares y restaurantes, o no lo consideran prioritario, según un estudio realizado por la patronal Hostelería de España.
La asociación ha elaborado una encuesta sobre cuestiones relacionadas con el humo del tabaco en las terrazas, con 1.659 entrevistas realizadas de forma online entre el 12 y 19 de marzo de este año, a mayores de 18 años residentes en la península.
Del total de los encuestados, más de la mitad (597) son no fumadores; seguidos de los ex-fumadores (513) y los se reconocen como fumadores (549).
Una de las principales conclusiones que expone este análisis es la oposición de los participantes al plan de Sanidad, ya que más del 80 % de los encuestados apoya la legislación actual de espacios sin humo y no cree que ampliarla sea un tema prioritario.
Por otro lado, el 36,4 % está totalmente de acuerdo con la prohibición de fumar en terrazas de bares y restaurantes, y el 19,6 % cree que es un asunto muy prioritario.
Además, más de la mitad de los encuestados, un 54,1 %, consideran que, en la mayoría de los casos, esta prohibición no se cumpliría; y, de hacerlo, el 75 % opina que el personal de la hostelería tendría que ejercer un mayor control sobre los clientes.
Un 62 % cree que las calles se llenarían de colillas, porque se trasladaría el consumo a la vía pública, y un 54 %, que esta prohibición generaría más conflictos en los establecimientos.
Según la encuesta, alrededor del 60 % de los participantes reflexiona que las reuniones sociales con fumadores se trasladarían a lugares cerrados como los hogares, y el 80 % que, ante esta prohibición, se formarían grupos de fumadores alrededor de las terrazas.
Solo un tercio de los entrevistados apunta que, gracias a la prohibición de fumar en terrazas, los fumadores reducirían su consumo de tabaco o más personas dejarían de fumar.
Para el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego, esta medida supondría una pérdida de competitividad con respecto a los países vecinos, que no cuentan con esta prohibición, y una confusión entre los visitantes extranjeros.