Lugo, 29 may (EFE).- Veinte personas, de distintas nacionalidades -brasileña, dominicana, rumana y española-, han sido detenidas por la Guardia Civil por su supuesta pertenencia a una organización que se dedicaba al contrabando de tabaco y de otro tipo de sustancias, como píldoras abortivas y potenciadores sexuales, sin ningún tipo de control sanitario, procedentes de Cuba.
En el marco de la llamada ‘Operación Minaya’, que ha sido desarrollada en Galicia, Canarias, Cataluña, Gibraltar y Rumanía, los agentes encargados del caso han intervenido 5.400 cajetillas de tabaco de contrabando, cuyo valor asciende a 22.500 euros.
Los encargados del caso estiman que la red desarticulada podría haber introducido durante el pasado año tabaco de contrabando por un importe superior a los 500.000 euros.
La Guardia Civil puso en marcha esta operación al comprobar que se había producido un incremento del consumo de tabaco de contrabando en la provincia de Lugo y de descubrir que «el centro neurálgico» de distribución estaba localizado en un «locutorio 24 horas» situado en la propia capital lucense.
Los investigadores consideran que el gerente de ese establecimiento era también el jefe de la banda, que se dedicaba a la distribución de tabaco de contrabando, pero también a la receptación de bienes robados y tráfico de drogas.
De hecho, el cabecilla de la organización desarticulada había estructurado un «organigrama» que le permitía, no sólo ocultar su patrimonio, sino también mover distintos tipos de drogas, medicamentos sin control sanitario, tabaco de contrabando y bienes robados «sin que pasaran por sus manos», al tiempo que utilizaba su negocio «como tapadera».
Además, «los beneficios obtenidos» con esos negocios ilícitos, aclara el instituto armado en un comunicado, le permitieron abrir otro locutorio «estratégicamente situado», muy cerca de una zona próxima a varios centros escolares, con el que pretendía captar «a una clientela juvenil».
La principal actividad delictiva de la banda desarticulada era la distribución de tabaco de contrabando procedente de Gibraltar, que primero almacenaban en un piso alquilado en la Línea de la Concepción (Cádiz) y luego, cuando reunían una cantidad importante, enviaban a través de empresas de paquetería y acumulaban en una furgoneta estacionada en un polígono industrial.
En todo caso, la Guardia Civil también intervino tabaco de contrabando procedente de Canarias, países del Este, Cuba, Andorra o Portugal, que introducían en el país mediante transporte aéreo o terrestre, para lo que utilizaban turismos y furgonetas de alquiler que, en la mayoría de los casos, realizaban «un solo viaje».
Además, la red estaba estructurada «en tres núcleos bien diferenciados», uno que se dedicaba «a la logística» para gestionar la compra del tabaco, sustancias estupefacientes, medicamentos, armas y otros objetos robados.
Otro núcleo lo formaban «delincuentes encargados» de perpetrar esos delitos, que depositaban los objetos robados en una nave e incluso incrementaban sus beneficios mediante la simulación de accidentes de tráfico para defraudar a las compañías aseguradoras.
El tercer grupo se dedicaba a la «introducción, transporte, almacenamiento y distribución» a los locales de la red, a otros proveedores o mediante venta directa a particulares.
A los detenidos se les atribuyen delitos como asociación ilícita, tráfico de drogas, contra la salud pública, defraudación de fluido eléctrico, receptación y conductas afines, estafa, simulación de delito, usurpación de estado civil, tenencia ilícita de armas y falsedad documental.
La investigación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción Número 1 de Lugo y han participado agentes de la Comandancia de la Guarda Civil de Lugo, del Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria de Galicia y del Cuerpo Nacional de Policía de Lugo.