Madrid, 21 ene (EFEAGRO).- Los españoles consumen hoy el mismo número de cigarrillos que en 1965 -la última década de la dictadura-; entre los motivos que hacen que estos 50 años parezcan no ser nada, destacan la crisis económica, el paro, las subidas de impuestos y precios, y el aumento del contrabando.
En la actualidad, el consumo de cigarrillos en España en el mercado legal se sitúa en los 2,15 millones de cajetillas, a caballo entre el volumen que se fumaron los españoles en 1964 (2,034 millones) y 1965 (2,20 millones).
Cifras que quedan muy lejos de los 4,66 millones de cajetillas que se alcanzaron entre 2008 y 2009, y que suponía pulverizar el récord de años atrás.
Al margen de los datos económicos que inciden directamente en esta evolución, la pregunta que todos se hacen es si detrás de estos datos se esconde que, en realidad, hay menos fumadores o si por el contrario son los mismos, pero lo hacen con menos intensidad.
Según explica a Efeagro el vicepresidente de asuntos corporativos de JTI, Miguel Luengo, sus estudios de mercado -entrevistas a una muestra de población entre 18 y 64 años- reflejan que son los mismos fumadores; la diferencia es que hace 50 años fumaban entre 30 y 35 cigarrillos al día y ahora esas cifran bajan a entre 12 y 13, entre otros motivos porque «hay menos ocasiones de consumo».
Además, el mercado de hoy en nada se parece al de hace 50 años.
Las tabaqueras tienen que lidiar no sólo con los competidores o con directivas que quieren limitar aún más el mercado del tabaco, sino con el contrabando, que al calor de la crisis se ha convertido en un operador más con una cuota de mercado del 11,2 %, eso sí al margen de la ley, operado por mafias, sin ningún control sanitario y sin pagar impuestos.
Para la asociación que agrupa a las tabaqueras, Adelta, la crisis económica, la hiperregulación, las fuertes subidas fiscales de los últimos años -que han supuesto un incremento de los precios y cuyas consecuencias han sido el trasvase a otras categorías más asequibles- y el fuerte incremento del comercio ilícito de tabaco han sido claves en la evolución del mercado.
Según sus últimos datos, el 11,2 % de los cigarrillos consumidos en España no ha pagado sus impuestos en la Península, y se llegan a «cifras alarmantes» en algunas provincias andaluzas, como Sevilla, donde 1 de cada 2 cigarrillos consumidos son de tabaco no doméstico.
El aumento del contrabando de tabaco se explica por la crisis económica, unida a una importante subida de los precios en todas las categorías del tabaco en España en años pasados, como consecuencia de un alza de los impuestos del tabaco.
Esta subida de impuestos ha ampliado el diferencial de precios con otros mercados como Gibraltar, Andorra o Canarias y «ha animado a las mafias a introducir tabaco ilícito, favorecidas además por una gran permisividad social en relación al menudeo», explican en Adelta.
Según los últimos datos disponibles de 2014 (entre enero y noviembre), la venta de cajetillas de cigarrillos retrocede un 2,1%, mientras que en los últimos cuatro años las caídas han sido superiores a los dos dígitos, lo que ha supuesto la pérdida de la mitad del mercado legal de cigarrillos desde 2009.
Si en los últimos años el consumo de cigarrillos bajaba, por otro lado subía el de tabaco para liar (que ya es cerca del 15 % del mercado), debido a la búsqueda por parte de los consumidores de productos legales alternativos a los cigarrillos que fueran más baratos en un momento en el que el pitillo tradicional experimentaba fuertes subidas de precios por el alza de los impuestos.
Además de soportar una presión fiscal diferente a la de los cigarrillos, el tabaco para liar permite al consumidor decidir cuánto fuma y, en consecuencia, ajustar su consumo.
En la actualidad, este mercado está en retroceso, con un descenso en volumen superior al 10 % entre enero y noviembre de 2014, debido, principalmente, a la significativa subida de impuestos que provocó una considerable subida de precios.
La pregunta que todos se hacen es si después de la crisis económica los consumos volverán a estabilizarse, se acabará el trasiego de consumidores de unas labores a otra y, sobre todo, si los que se han pasado al tabaco de contrabando volverán al legal.
Concha Rubio Bastida.